Nuestros recuerdos son fragmentos de un archivo vivo. Estamos constantemente produciendo y reinterpretando textos. De hecho, estamos constituidos por textos, pero ya no sentimos la necesidad de explicarnos a través del viejo relato de aquel país que fue la Literatura. Tampoco solemos atender al enorme mar de sonido verbal y no verbal que compone nuestra experiencia del mundo. El ruido, los hablas, la poesía liberada del verso y la música liberada de la melodía, son las formas de una escritura de lectura sólo un poco más lenta que la visual, e igual de consistente como memoria colectiva.

El código fuente es la combinación de líneas de texto que permiten a un ordenador ejecutar un programa. Compartir el código fuente es la base del software libre. El Código Fuente Audio-textual, al igual que el Código Fuente Audiovisual, parte de la idea de aplicar esta noción a la cultura, para hacer ver que cualquier producción cultural se genera a través de diferentes voces en relación al contexto en el que se produce. Este formato nos permite volver a pensar la cultura como un palimpsesto infinito, el arte como un juego entre distintas personas de distintas épocas y la remezcla como un ecosistema cultural donde este juego toma lugar. El Código Fuente Audio-textual como un espacio para jugar y experimentar; un formato híbrido entre conferencia y audición-proyección, y muchas cosas más.

El material del audio-texto es la ESCUCHA. Así que apenas habrá imágenes proyectadas en esta sesión. Sí que sonarán bastantes audios de poesía, música, o equis, que han contribuido al trabajo artístico de María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca para hacer lo que ahora es; lo que sería o lo que podría ser. En la Biblioteca Infanta Elena pincharán audios de Gertrude Stein, Johannes Kreidler, Ted Berrigan, Alvin Lucier, Bob Wilson y Christopher Knowles, Steve Reich, Charles Bernstein, John Cage, Lydia Lunch, John Giorno, la Mala, Peter Ablinger o Feldman&Beckett.